Vieja friendo huevos (1618)
Una escena mundana como una anciana preparando comida en la cocina. Se muestran muchos elementos de la naturaleza muerta, pero el interés del pintor se centra en las personas. Una figura digna de una cocinera, una anciana que se vuelve hacia un niño y figuras oblicuas crean relaciones espaciales.
La carrera pictórica del talentoso artista español Diego Velázquez se caracteriza desde el principio hasta el final por obras maestras y su arte ha influido significativamente en la obra de otros pintores.
El pintor barroco español más famoso Diego Velázquez nació en 1599. Sus padres pertenecían a la baja nobleza, su padre provenía de una familia aristocrática portuguesa. Diego era el mayor de siete hermanos. Su padre le presentó al aclamado pero demasiado temperamental pintor Francisco Herret st. Reconoció el gran talento de Velázquez y lo apoyó en todas las formas posibles.
El artista obtuvo una visión general de él y los intereses multifacéticos de Pachec contribuyeron a su educación integral. Al comienzo de su obra, Velázquez se especializó en escenas de género , que luego fueron llamadas «bodegones». También creó varias imágenes religiosas inusualmente realistas, pero no les prestó tanta atención como otros artistas españoles contemporáneos. El deseo de retratar a la familia real.
Las Meninas (1656).
Con el tiempo, Velázquez se hizo famoso y anhelaba trabajar en la corte real y retratar a la familia real. En condiciones muy favorables, ingresó al servicio real en el otoño del mismo año, con la promesa de que solo él podría retratar a los miembros de la familia real y la corte real en el futuro.
Los tonos marrones y grises predominan en las obras desde el inicio de la obra, y se puede observar una pintura con elementos distintivos de claroscuro. El artista puso gran énfasis en la plasticidad. Su estilo de pintura ha cambiado significativamente con el tiempo para adaptarse a la pintura de retratos. Las pinturas se volvieron más brillantes y Velázquez creó su propio tipo de realismo.
En las primeras obras de Diego Velázquez, la influencia de los artistas holandeses se manifiesta no solo por los temas pictóricos, sino también por el movimiento mesurado y el contenido libre y la expresión formal. Bajo la influencia de la pintura veneciana, cambió a un estilo sistemático en los años 1630-1650. Es famoso por su afición por los colores y la sutil armonía de las tonalidades cromáticas.
El arte de pintar ha sido muy influenciado por las innovaciones de Diego Velázquez. «Rompió» la pintura con un pequeño toque de pincel, y para entender su técnica pictórica tenemos que alejarnos. Las primeras pinturas de paisajes modernos que creó en Italia fueron de gran importancia para el futuro.
Características del retrato de los personajes
Diego Velázquez fue un notable retratista con un rico estilo pictórico. Tenía una habilidad única para observar la realidad y capturar la psicología de los personajes. En el trabajo, estudió la apariencia de las personas para poder expresar su personalidad y carácter en la pintura. Sus retratos del entorno de la corte son de gran valor e irradian un fluido de comprensión ilimitada de la vida.
Para suavizar el esquema pictórico monótono, le gustaba pintar a diferentes personas además de la familia real, a quienes consideraba igualmente interesantes e importantes. Esto también hace que sus retratos de la familia real sean tan impresionantes. Cualidades morales extraordinarias del artista. Este artista demasiado sensible intentó retratar la realidad de la manera más creíble posible.
Sus personajes nunca son un reflejo de sus estados de ánimo ni de sus propias experiencias. Se acercó a sus obras de manera extremadamente humanista y también respetó a las personas de los estratos sociales más bajos. Tenía respeto por la vida y las personas, lo que le permitió descubrir la grandeza interior y el significado de las acciones cotidianas de la gente sencilla. A menudo pintaba personas discapacitadas que eran modelos particularmente interesantes para artistas con sentido de la realidad. Da a sus personajes dignidad humana y una especie de grandeza interior. Además, apoyó desinteresadamente a sus compañeros artistas.
La luz, dirigida desde la izquierda, ilumina por igual todo el primer plano, destacando con la misma fuerza figuras y objetos sobre el fondo oscuro de la pared, de la que cuelgan un cestillo de mimbre y unas alcuzas o lámparas de aceite. Una anciana con toca blanca cocina en un anafe u hornillo un par de huevos, que pueden verse en mitad del proceso de cocción flotando en líquido dentro de una cazuela de barro gracias al punto de vista elevado de la composición. Con una cuchara de madera en la mano derecha y un huevo que se dispone a cascar contra el borde de la cazuela en la mano izquierda, la anciana suspende la acción y alza la cabeza ante la llegada de un muchacho que avanza con un melón de invierno bajo el brazo y un frasco de cristal. Los objetos han sido estudiados de forma individual, maravillosos en su singularidad pero mal integrados en el conjunto.Pero más allá de la atención prestada a estos objetos y a su percepción visual, Velázquez ha ensayado una composición de cierta complejidad, en la que la luz juega un papel determinante, conectando figuras y objetos en planos entrecruzados. Lejos de ser «figuras ridículas» para provocar risa, como decía Pacheco a propósito de los protagonistas de los bodegones más convencionales, anciana y joven están tratados con severa dignidad. El escorzo de la cabeza del muchacho coincide con el del adolescente que recibe la copa en El aguador de Sevilla, adoptando un gesto reconcentrado, como transido por la importante responsabilidad que desempeña en la cocina. El mismo muchacho no deja de recordar al más joven de los Tres músicos, pero la incidencia de la luz, más matizada, y la expresión seria le dotan de una dignidad y atractivo que no tenía aquel.
La repetición del modelo hace creíble, aunque no haya forma de comprobarlo, que se trate del «aldeanillo aprendiz» que, según Pacheco, Velázquez tenía cohechado para que le sirviese de modelo. El tipo humano de la vieja, con su mirada perdida, es probablemente el mismo de la anciana que aparece en Cristo en casa de Marta y María, en el que algunos críticos han querido ver un retrato de la suegra del pintor. Jonathan Brown entiende por ello que Velázquez ha hecho de sus personajes objetos y los ha tratado de igual modo que hace con estos, con distanciamiento y objetividad.
El repertorio de objetos magistralmente descritos por Velázquez en sus varios colores y brillos, con los que se hacen reconocibles las diferentes texturas y calidades táctiles, pueden ser reconocidos por el espectador, como también por el muchacho que con la mirada llama su atención, mediante el sentido de la vista, en tanto la anciana, con la mirada perdida, «con expresión de ciega» según Gállego, parece tantear con la cuchara la distancia a la cazuela. Una interpretación distinta ofrece Manuela Mena, para quien no sería casual la semejanza entre esta anciana y la dueña que aparece en Cristo en casa de Marta y María. Las alcuzas que cuelgan de la pared del fondo, símbolo barroco de la Vigilancia, completarían el significado de esa mirada, inteligente y no ciega, capaz de ver desde la experiencia el pasado y el futuro.
Propuesta Gráfica
La idea principal es tomar la obra de Velázquez "Vieja friendo huevos" en forma de indicación para diferenciar el notable cambio entre el mundo barroco y actualmente. La sociedad se ha quedado atrapada en diversas costumbres es decir, la flojera como un descuido de uno mismo, la cual es complementada con la impaciencia o ansia de tener todo de manera instantánea tal como sucede con la comida rápida. Esta obra sería la narración de el opuesto significado sobre la naturalidad de aquellos personajes por ende, la expresividad pasa a un segundo plano o al contrario de la dignidad; lo que representaban en la obra del pintor, siendo el nocivo cambio en las expresiones tal vez "vacías" de las personas.
Boceto.
Pintura final.
